El pasado miércoles, 21 de febrero, asistimos a una jornada formativa organizada por la ADSG Aira, para hablar más en profundidad sobre la enfermedad hemorrágica epizoótica. Una enfermedad que preocupa a nuestros ganaderos a lo largo del territorio nacional por la incidencia padecida en el año 2023.

En la charla participaron Alberto Díez Guerrier, veterinario clínico especialista en rumiantes, para hablar del reto que supone la EHE para la ganadería; Victor Collado Alcalá, técnico de Departamento de Ganadería en Cooperativas Agroalimentarias de España, para hablar de la situación de la enfermedad en España; y Xosé Luis Arias Pérez, jefe de Servicios Veterinarios del Medio Rural de Monforte de Lemos, que actualizó los datos respecto a la enfermedad en Galicia.

 

¿Cómo se transmite?

Entrando en materia, la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, en adelante EHE, es una infección causada por un virus (de la familia Reoviridae) que se transmite a través de vectores del género culicoides; es decir, que se transmite a través de dos tipos de mosquito. Se trata de una enfermedad que genera incertidumbre por la variada sintomatología, por la ausencia de un tratamiento y una manera de actuar que vaya a resultar efectiva para dos situaciones clínicamente idénticas, y para la que no existe una vacuna efectiva para la variante de la enfermedad en España y en Europa.

Llega a España y a Europa procedente de África como consecuencia del incremento de la temperatura media, que hace factible la vida del vector (el mosquito) en un clima donde antes no sobrevivía. Primeros dos casos: 18/11/2022 en Sevilla y Cádiz. Primer caso conocido en Galicia: 20/09/2023, en una explotación de As Pontes (A Coruña).

 

Sintomatología y secuelas

La sintomatología es muy variada, y aparecerá siempre (o en un porcentaje elevadísimo de ocasiones) en vacas adultas de al menos dos años: fiebre, estomatitis ulcerosa, secreción nasal y ocular, cojeras, diarreas hemorrágicas, úlceras mamarias, y a veces se producirán abortos o malformaciones. En estados avanzados de la enfermedad aparecerá el mal olor (similar al de una vaca muerta).

El diagnóstico puede ser clínico, que será siempre orientativo, y donde será importante diferenciar de la lengua azul o de IBR o fiebre catarral; o de laboratorio, mediante sangre o en una necrosia.

En cuanto a las secuelas, son habituales los problemas podales, la no recuperación de las condiciones corporales, la persistencia de problemas de carácter respiratorio o los abortos (en menor medida); y son posibles las alteraciones reproductivas.

 

Tratamiento

No existe un tratamiento específico, siendo la respuesta al mismo muy variable e individual en cada vaca. Aún así, se coincide entre los expertos en algunos aspectos:

  • Importancia de la prevención y el control diario de los animales para la temprana detección.
  • Control de movimiento de las vacas para identificar
  • Rehidratación constante e importancia de las condiciones
  • Evitar el dolor a través de antiinflamatorios pues se trata de una enfermedad que hace sufrir mucho a los
  • Desinsectación y desinfección. Evitar que los mosquitos lleguen a las Uso de herbicidas en estercoleros. El mosquito se cría en zonas húmedas.
  • Principal problema: ganadería Mayor dificultad para realizar todas las labores de prevención.

Vacunación

En cuanto a la vacunación, la existente en EEUU y en Japón no es efectiva para la variante de la enfermedad que afecta a España (y Europa). Hay varias en desarrollo, destacando por lo avanzado de las investigaciones una en Italia y otra en UK. En opinión de los ponentes, cuando haya vacuna, habrá una inmunidad tal a la enfermedad que los propios ganaderos no querrán vacunar de manera sistémica, por los riesgos a la reacción, como aconteció cuando hicieron obligatoria la vacunación por lengua azul.

 

Conclusiones

En definitiva, de la EHE sorprende la rápida expansión del año 2023, las variaciones entre explotaciones en lo que respecta a incidencia y sintomatología (incluso en pastos comunales), y la gravedad. Se apuesta, o se considera previsible, que será un año de alta incidencia en Galicia y en otras zonas de baja afectación el año pasado; y acabará siendo una enfermedad endémica, que hará disminuir la gravedad con el paso del tiempo. La esperanza entre los veterinarios: cuando llegue la inmunidad, será duradera (probablemente de por vida, si bien no puede afirmarse categóricamente). Hay ya elevadas tasas de infección en muchas zonas donde ha habido la enfermedad, y muchas vacas se infectaron sin síntomas. Además, animales jóvenes están protegidos, no dan sintomatología y se estarán infectando e inmunizando sin enfermar.

Por acabar poniendo cifras, en 2023 en Galicia constan las siguientes cifras de afectación:

  • A Coruña: 343 explotaciones afectadas, 444 animales que padecieron la enfermedad, 820 con sintomatología, 210 muertes.
  • Lugo: 189 explotaciones afectadas, 221 animales, 424 con síntomas, 143 muertes.
  • Pontevedra: 58 explotaciones afectadas, 104 animales, 107 con síntomas, 18 muertes.
  • Ourense: 22 explotaciones afectadas, 082 animales, 30 con síntomas, 3 muertes.

 

Desde el 1 de diciembre, estamos en lo que se llama un periodo estacionalmente libre de la enfermedad. Veremos a partir de primavera cómo se presenta el 2024. En lo que respecta al seguro, todavía no está contemplado en ninguna póliza la cobertura por infección de EHE. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona la enfermedad para saber cómo va a reaccionar el sector asegurador.

 

 

 

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